En este valle, que tradicionalmente producía quesos y ganado, sólo recientemente entró el cultivo de viñedos. La transformación ha sido rápida, pues hoy suma al rededor de 6 mil hectáreas de viñas plantadas.
Casablanca es de los pocos valles vitivinícolas no asociado directamente a un río. En vez, consiste en una cuenca rodeada por cerros de la Cordillera de la Costa y por un sistema de esteros que sólo se llena de agua después de lluvias importantes.
El clima es mediterráneo semiárido con importante influencia del océano. La altura moderada de los cerros dan paso a las neblinas matinales que amainan las altas temperaturas del día. Esta característica lo ha hecho ideal para el cultivo de cepas blancas como chardonnay y sauvignon blanc, pero también de tintos como el pinot noir y syrah.